Si tienes una cabeza superordenada o eres ya un escritor experto, es probable que tengas la estructura de tu próximo libro en tu cabeza y te vayan saliendo las cosas solas, pero no todo el mundo dispone de este don 😉
Por eso, te voy a explicar la forma más sencilla de organizarte para tener siempre un guion de tu novela, que puedas ir actualizando y te sirva de base para no perderte nunca.
No me sirve que mientras vas en el coche, haciendo ejercicio o la cena estés pensando y dando vueltas a tu historia. Eso son ideas voladoras y, salvo que te sientes a apuntarlas y darles forma, volando se van a quedar.
1. Siéntate y focaliza
Lo primero, si quieres escribir una novela, es sentarte con la intención de escribir. Puede parecer obvio, pero no lo es. Como decía Picasso (y mi padre, citándole):
2. No te pierdas en los detalles
Esto quiere decir que no le des vueltas al tipo de letra, cuántos capítulos o páginas va a tener, si estás usando las palabras correctas o cuál va a ser el título. Olvídate de la forma por ahora, lo que nos importa es el fondo.
3. Apúntalo todo
Seguro que tienes una memoria prodigiosa, pero la vida y el cerebro van a su ritmo y puede que en diez minutos se te haya escapado esa gran idea. Así que coge lápiz y papel y empieza a apuntar todo lo que se te ocurra, en el orden que venga, da igual. Lo importante ahora es sacar todas las ideas voladoras de tu cabeza, agarrarlas fuerte y bajarlas al papel, para convertirlas en algo concreto y real.
4. Responde a las 6 W del periodista
Haz este ejercicio: descárgate la ficha que encontrarás al final del post y rellénala respondiendo a estas seis preguntas sobre tu novela: QUÉ, QUIÉN, CUÁNDO, DÓNDE, CÓMO y POR QUÉ (WHAT, WHO, WHEN, WHERE, HOW y WHY).
Una vez hecho el ejercicio, verás cómo tienes un mapa muy claro de tu novela.
Este consejo te sirve también para hacer la sinopsis 😉
5. Aíslate
Con esto claro, revisa todas las ideas que ya has aterrizado y comienza a escribir de verdad. Siéntate, aparta el móvil y aíslate de cualquier otro estímulo que pueda afectar a tu creatividad. Pon tu cerebro en modo escritor y a por ello.
Por supuesto, es muy probable que, en este punto, lo que suceda sea un “ajá… esto no fluye”. No pasa nada, es muy normal, el cerebro se bloquea ante cosas que no controla, por eso es muy importante que no le hagas caso y le obligues a seguir ahí utilizando el mapa que has creado, haciendo que se enfoque en lo que quieres que haga. Recuerda que tú mandas.
6. Escribe cada día
Escribir es un trabajo creativo, y la creatividad, hasta que la integras en tu vida, necesita tener unas condiciones para fluir. No sirve de nada que el primer día te sientes cinco horas a trazar tu plan de ruta si no vuelves a sentarte en dos semanas.
Lo ideal es implantar una rutina, pero como sé que esto no siempre es posible, basta con que te acostumbres a escribir algo todos los días, para que el cerebro no salga de esa actividad. Poco a poco irás encontrando más huecos porque se convertirá en una prioridad para ti.
Y, sobre todo, ten mucha paciencia, contigo y con tu novela. Piensa que los grandes autores pasan meses, incluso años, desarrollando sus obras. No tengas prisa y respeta tus tiempos, a la creatividad no le gusta que la aturullen 😉
Si te atascas en cualquier momento o crees que necesitas una ayuda extra para cazar todas esas ideas voladoras, echa un vistazo a mi servicio de Tormenta de ideas, en el que, durante una hora, vamos a estar dándole vueltas a tu bloqueo para lograr bajarlas a tierra y que puedas seguir adelante con tu novela.