Has escrito tu libro de marca personal, ¿y ahora qué? Hay tanta información al respecto que ya no sabes qué camino tomar para autopublicarlo.
El camino de la autopublicación es muy bonito, pero también algo solitario. Por eso, siempre les digo a mis clientas que no están solas, que soy esa amiga a la que pueden llamar para llorar en los momentos de bajón, de miedo, de inseguridad e incertidumbre.
Porque estoy segura de que has pasado por todo esto e incluso, de que has llegado a pensar en dejarlo porque no te sientes capaz.
Por eso, ya que te has embarcado en esta aventura, quiero explicarte un poquito más lo que tienes que hacer para autopublicar tu libro y que se te haga más ameno pero, sobre todo, más fácil y claro.
En primer lugar, si ya has terminado de escribir tu libro, entendiendo esto como que has volcado todo lo que querías contar, el primer paso que tendrías que dar ahora es buscar un editor.
¿Puedes saltarte esto? Of course, pero no te lo recomiendo, y te explico por qué:
- Es muy difícil ser objetivo con el trabajo propio, y al escribir un libro muchas veces repetimos ideas, conceptos, duplicamos contenidos, lo explicamos un poco a saltos… Un editor va a asegurarse de que todo está donde y como tiene que estar.
- Tu cerebro tiene toda la información y rellena huecos de manera inconsciente. ¿Qué quiero decir con esto? Que quizás haya cosas que tú veas clarísimas porque las conoces, pero no has caído en que tu lector puede quedarse con cara de “what?”. El editor se pone en la mente del lector y te ayuda a ver y completar esos huecos.
Con tu editor además trabajarás aspectos que luego puedes pasar al corrector y al diseñador y facilitarle el trabajo: la hoja de estilo, dónde van a ir imágenes o tablas, estructura del libro…
A continuación, viene el corrector. Lo ideal es que hay contacto entre él y el editor, porque ambos van a ser las personas, junto a ti, que mejor conocen el libro, y pueden hablar entre ellos de temas relacionados con la hoja de estilo u otras decisiones que se hayan tomado para hacer que el libro sea más rico.
La tercera fase corresponde al diseñador o maquetador. Este hará realidad tu idea sobre el libro: estructura, colores, imágenes, detalles, “adornos”… Es el encargado de darle vida al libro.
Y en este punto ya pasamos a la fase de publicación, donde puedes elegir entre publicación con imprenta tradicional o autopublicación en Amazon.
Si eliges imprenta tradicional, lo más importante es que puedes elegir acabados y detalles del libro casi sin límites: tapas duras, solapas, grosor y color del papel, gusanillos, cintas… Pero la inversión y el proceso de distribución dependen enteramente de ti.
Si eliges hacerlo con Amazon, ellos se ocupan de la impresión y la distribución. Es muy cómodo, pero la calidad del libro está limitada: no puedes elegir prácticamente ningún acabado más allá de portada mate o brillo y un par de tipos de papel.
Ambas opciones tienen pros y contras, y deberás elegir una u otra dependiendo de tu estrategia y de tus opciones.
Seguramente pensabas que el “auto” de “autopublicar” venía de que tú te lo haces todo y te estaban dando los siete males, pero ya ves que no. Autopublicar no tiene por qué ser un camino solitario y doloroso, sino que acompañado de los profesionales correctos, se convierte en una experiencia muy bonita.
Si tienes dudas sobre el proceso de autopublicación o te gustaría sentirte acompañada por mí y por otras compañeras que están igual que tú, te recomiendo que entres en Librotegia, un club para emprendedoras autoras que quieren escribir sus libros a su ritmo pero con apoyo externo.
Además, tienes un montón de tips en los otros posts del blog sobre cómo autopublicar. Te recomiendo que leas este: 7 secretos para ser referente en tu nicho.
