En un mundo en el que cobra más fuerza la comunicación escrita, no puedes permitirte que tu imagen de experta se vea afectada por una mala redacción fruto de la prisa y del síndrome de la mujer orquesta.
Te ocupas de tu negocio, de las redes, de la contabilidad y, en muchos casos, de tu familia. Te exiges el máximo y cargas con el equivalente a cinco profesiones en una sola persona y, como es normal, cometes muchos fallos.
En estas circunstancias, te tienes que mover por prioridades, y estas suelen ser sacar el trabajo adelante para poder tener un sueldo a final de mes. La mala noticia es que tu negocio es un todo en equilibrio: no vale con atender mucho una parte y muy poco otra, y la comunicación y la difusión son, en este punto, el centro de toda tu acción y, por eso, deben ser lo más correctas posible.
Tu imagen depende de cómo te comunicas por escrito
Cada vez más, la primera imagen que alguien tiene de nosotras no es nuestro aspecto, sino nuestras palabras escritas. ¿Recuerdas que no hay segundas oportunidades para una primera impresión?
Como experta en tu campo, no tienes obligación de serlo también en todos los demás. ¡Qué locura! Ahora se habla trabajar en equipo, pero nosotras, todo solas. Cuando se quiere llegar a todo, no se llega a nada, y el mensaje que llega a tu comunidad, clientes y posibles clientes puede perder valor por una mala redacción o una mala puntuación que, en muchos casos, se deben a la necesidad de sacar las cosas como sea.
En redes sociales te comunicas por escrito, los blogs, newsletters, correos a clientes y, lo más importante, la página web. Plasmas tu imagen por escrito; igual que no te presentarías a una reunión en pijama (al menos, la parte de arriba, je, je), no debes presentarte al mundo sin haber pasado antes por chapa y pintura correctora 😉
¿Gasto o inversión?
Sí, se lo que me vas a decir porque me ha pasado: “No gano todo lo que me gustaría, así que todo lo que gano debe ser para mí”. Vale. Pero, para esto, necesitas trabajar 24 horas al día, llegar reventada, saturada, y, encima, vas a seguir sin llegar a todo.
Delegar las partes de tu negocio que no son tu competencia directa son la mejor decisión que vas a tomar, porque mientras tu experto hace su trabajo, tú no estás perdiendo el tiempo y la cabeza en algo que no te gusta; al contrario, estás enfocada en tu función principal.
Por eso, contratar a un corrector para que corrija tus escritos no es un gasto, es una inversión en calidad, en tranquilidad, y te va a reportar el beneficio de tener más tiempo para dedicarte a la parte de tu negocio que sí te hace ganar dinero.
A la larga, delegar aporta paz mental.
Si quieres que te ayude con tu comunicación, corregir tu página web y todos tus futuros escritos, puedes ver los precios de los bonos AQUÍ. Escríbeme o reserva una sesión de valoración conmigo y consigue un poco de la tranquilidad que tanto necesitas 😉